viernes, 10 de abril de 2015




Tipologías XXIII: Historia del siglo XX desde la música

Dr. Norbert-Bertrand Barbe

1. Justificación general
            Al parecer la relación de la música con los períodos históricos no parece tener mucho que ver con la enseñanza de la arquitectura.
            Sin embargo, en sí, es un tema de interés.
            Además podemos acudir a la base musical de los planteamientos de Alberti en arquitectura (http://www.aboutscotland.com/harmony/prop2.html, https://www.google.com.ni/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=3&cad=rja&uact=8&ved=0CCgQFjAC&url=http%3A%2F%2Fweb.njit.edu%2F~kappraff%2FModule11.doc&ei=WnhjVKS3CIKqgwScnYCgBg&usg=AFQjCNGL1Pile5V_oaBcGwOHGgp0Blgg4Q&bvm=bv.79189006,d.eXY, http://www.emis.de/journals/NNJ/Pintore.html, http://www.academia.edu/321161/Leone_Battista_Alberti_Defining_Humanist_Architecture, http://www.academia.edu/3569719/Harmony_of_Spheres_and_Harmonic_Proportions_in_Architecture_with_a_review_of_Croatian_Renaissance_examples, etc.), o a las investigaciones conjuntas de Kandinsky, profesor a la Bauhaus, y Schönberg sobre tonalidad.
            Por otra parte, permite enmarcar la historia del arte y la cultura en otra perspectiva, acompañándola, y vertiendo en la enseñanza nuestra el punto de partida de cierta comprobación de elementos por otra parte demostrables.

2. Dos formas de abordar la historia cultural del siglo XX desde la música
            Hay así dos formas de abordar la historia cultural del siglo XX desde la música: la primera sincrónica, partiendo de corrientes que lo surcan transversalmente, o bien del ruidismo futurista (Russolo) y la música concreta a la tecno actual, o bien desde la música negra, del gospel y el blues, al jazz, su popularización en el París de entreguerra, gran época de Joséphine Baker, a la soul y el funk de los años 1960 (con la renovación por Miles Davis, creador del jazz modal, definitorio y reinvidicativo de la influencia [o del paralelismo del] jazz en[/con] la música concreta, además también de haber sido parisino de corazón y amante de Juliette Gréco hasta la mitad de los años 1950, continuando así la relación dialéctica del jazz con el medio francés, que abarcará el amor musical de un Boris Vian) hasta el rap y el r&b actual, a sabienda que cantantes blancos como Elvis Presley, y el conjunto del rockabilly, hasta grupos como los ingleses Rolling Stones, que se originó, de ahí su nombre, como grupo de retoma de canciones blues y evolucionó con producciones propias pero en esta misma línea, nacieron dentro del ámbito segregacionista estadounidense (y su copia en Europa), chicos blancos sustituyendo a músicos negros que no podían ni querían oír los blancos.
            La segunda, diacrónica, que considera tres momentos: los inicios del siglo XX, con la música negra que promueve el paso, para decirlo en términos medievales, de la danza baja a la danza alta, del mundo contemporáneo, ya prefigurado por el impresionismo de finales del siglo XIX, y enfatizado con les années folles y bailes movidos como el charleston, que favorecieron la consecuencia tribal de las danzas actuales, inspiradas de los dehanchements de una Shakira o de los bailes eróticos africanos; la canción realista (después de Piaf) que acompaña en el París el existencialismo sartriano de los años 1940-1970 con cantantes como Brel, Ferré, Brassens, Ferrat o Barbara, con correspondencia en la canción testimonial de los movimientos revolucionarios de América Latina castristas con Silvio Rodríguez y la Nueva Troba, o sandinista con los Mejía Godoy; la descomposición del disco hasta la tecno, el rap o el reggaetón, que son música meramente rítmicas, relacionadas entonces tanto en este aspecto con la música concreta propio de lo asinfónico del siglo XX, como con la música tribal, de la que se reinvidica, y que integra con facilidad (surgiendo movimiento paralelos del raï norteafricano en los años 1980 en Francia, conjuntamente con el rap; el reggaetón siendo por su parte la versión latinoamericana del mismo rap o música urbana).
            En la perspectiva sincrónica, vemos cómo la objetualidad del ruidismo tiene comparación con la importancia creciente (desde Dadá) del objeto como tal en las artes (de La fuente a La mierda del artista,...), al tiempo que el proceso de decomposición y asinfonía musical se repercuta en el estructuralismo en artes, literatura y ciencias de la segunda mitad del siglo, que desembocó (en particular mediante La poética del espacio de 1958 de Bachelard y Architectura and Disyunction de 1996 de Tschumi) deconstructivismo arquitectónico.
            En la parte diacrónica, el charleston y los bailes populares des années folles corresponden por su parte a los procesos deconstructivos, del lenguaje, del idioma, de la forma, del sentido, de los movimientos de vanguardia, a la vez que prefiguran el interés por el cuerpo del estructuralismo y de las corrientes artísticas de los años 1950-1960, en particular feministas como con Niki de Saint-Phalle, mientras, lo dijimos, la chanson réaliste dite à texte acompaña el existencialismo y el estructuralismo, y a su vez músicas repetitivas y rítmicas de finales del siglo XX no sólo revelan la cultura de masa ampliada, sino también la derivación auditiva de la ideología arquitectónica de inicios del siglo XX, racionalista-funcionalista-minimalista (v. nuestro artículo sobre "La arquitectura como metáfora musical"), y el deconstructivismo formal de finales del siglo, ya que idénticamente adopta la forma para destruirla (retazos de corta secuencia musical para integrarlos como único fondo melódico a una base rítmica que viene a ser, consecuencia de las exageraciones del free jazz en la música en general, el centro de la pieza, al igual que a la vez la forma macroestructural en la arquitectura racionalista sustituye el motivo [v. "Tipologías XXII: Forma y Color, el color como representación macroestructural de la Forma"] y que, paradójicamente, pero como consecuencia de esto mismo, dicha forma, sobredeterminada, llegará, en el maximalismo en reacción al constructivismo de vanguardia de inicios del siglo, a ser decompuesta por ser estirada, de-formada).